miércoles, 17 de abril de 2013

Maraton de Rotterdam



Tres meses preparando esto y aquí estaba yo, recién recogido el dorsal, y con cara sonriente y a la vez algo acojonao... y por si algunos aún no os habíais enterado, preparado para correr mi primera maratón. 

A la primera persona que tengo que darle las gracias es a Pepa. Llevaba tiempo pensando en hacer una maratón. Mi pensamiento siempre había sido hacer una bonita y de fuera de España. Y da la casualidad de que unos de los atletas que más me ha llamado la atención en mi vida ha sido Fabián Roncero. También da la casualidad de que en Rotterdam, Roncero se quedó a escasos segundos de batir el record del mundo (si no se hubiese tenido que parar a estirar un par de veces en los últimos km...). Y también da la casualidad de que en verano, saliendo a tomar algo con unos amigos, Pepa me dice que se va todo el año de beca Erasmus a Rotterdam... Creo que toda esa secuencia de acontecimientos hizo que yo debutara este domingo allí. Pepa nos acogió en su casa, a mi y a David (también darle las gracias a Antonio y a Lola, su prima, que también vive allí y nos ayudo mucho) nos trataron superbien. 

Sabadito por la mañana. Mi amigo David y yo salimos a trotar un poco y estirar las piernas. Media horita por Rotterdam, mirando el clima (la verdad que muy bueno) y esperando que no llueva y que al día siguiente haga menos viento del que hace, que no es demasiado pero es molesto. Charla de amigos, en la que hablamos de todo, de nosotros, de competiciones suyas, competiciones mías, de cosas personales, de lo que pienso hacer en la carrera, del viaje que nos estamos pegando... uno de esos días en que te hace falta un colega que te quite los nervios de antes de competir, y en eso y en muchas cosas más, David tiene un 10 por mi parte!


Noche antes, a preparar la ropa. Poner el dorsal en la camiseta (en este caso, los dorsales, ya que eran uno delante y otro en la espalda. Preparar calzonas, medias, gafas, manguitos y guantes por si acaso, mi gorra... y echarle esta foto para inmortalizar el momento. Ya estaba todo echo. El último rato antes de acostarme lo paso, primero hablando por teléfono (gracias!), y luego solo, en la cocina de la casa, sentado en el sofá escuchando música. Sigo estando nervioso, pero a la vez con una sensación de tener los deberes hechos y solo a esperar que no te caiga una pregunta sorpresa el día del examen. 


Y por fin llegó el domingo. Pongo el reloj a las 8 de la mañana, aunque me levanté algo antes de que sonara. Primera visita al baño, y a desayunar lo de siempre. Cogemos la bici que David iba a coger para acompañarme, y en metro hacia la salida. Allí, después del "episodio" de David engrasando la rueda con aceite de palmito o a saber que era eso, nos sentamos, me cambio (sería una hora antes de la salida) y a tener todo listo. Vaselina en los pies, sobacos, pezones, ingles... zapatillas apretadas, gorra, geles, botellita de agua, algunas fotitos, camiseta de plástico que te da la organización y abrazo a David, que se va en bici hacia el km 10 mas o menos, y yo me quedo calentando. Creo que ese rato, solo, en una ciudad que no conoces, y rodeado de personas que seguramente piensen cosas del mismo tipo que las que tu estas pensando, es uno de los mejores momentos de la maratón. Entro en el cajón de salida, pienso en mil cosas, en las personas que día a día te ayudan a que tu estés en ese momento ahí mismo, te acuerdas de todas y cada una de las sesiones de entrenamiento que te han llevado hasta ahí, el día que no te salian las series, el día que ibas comodísimo y frenándote, el día que hiciste el primer rodaje largo, cuando tenías una molestia y te hacian enfadarte porque estabas entrenando mejor que nunca... Al final charlas en el poco inglés que sabes con cualquiera que se ponga al lado tuya... y a esperar la salida...


Bueno, vamos a la carrera en sí. Disparo de salida y tuve la suerte de no estar muy lejos de la misma. Casi al instante fui capaz de correr, y mirando en todo momento mi gps. Ritmo objetivo a 3:40 el km, e intentar pasar la media entre 1h17-1h18. Voy en un grupo para resguardarme del viento, pero la gente va mas preocupada de que no le de el viento que de correr, así que cambio de ritmo y me voy hasta el grupo de delante, con dos mujeres y una liebre. Sobre el km 10 aparece David con la bicicleta, me pregunta que como voy, y le digo que bien, sin complicaciones. Mi grupo quizás algo lento, así que intento pillar al grupo siguiente. Delante va otra mujer con liebre, pero me dice David que va muy rapido y que no intente pillarla, que me quede ahí. Voy con ese grupo muy bien, clavando tiempos en el gps, hasta el paso de la media. Miro el reloj y paso en 1h17'33... clavado. Me encuentro superbien, acabo de tomarme mi primer gel, y decido dar una vuelta de tuerca más. Algunos km los voy pasando sobre 3:35-3:32... y cuando me pregunta David que como voy, se lo digo sin pensarlo "Voy embalado, así no llego a meta" y me responde "Pues afloja cabrón". Sigo, aunque más lento, pero siempre por debajo de 3:40. Las sensaciones son buenísimas. En lo que llevo de carrera creo que nadie me ha adelantado, y por si fuera poco, ahora, y pienso que demasiado pronto, estoy empezando a recoger cadáveres de los que aventuran a salir rápido. Al pasar de nuevo por el puente de Rotterdam, supongo que sobre el km 25, me veo a mis amigos animándome, Pepa, Lola y Antonio, gritándome, y yo como antes, aguantando un poco el ritmo porque las piernas se me iban. David se me pierde sobre el km 27, pero yo sigo yendo muy bien. En el km 30 me tomo mi segundo gel, y cuando llega el 32 empiezo a pensar que ahora empieza mi maratón, que voy en buenas condiciones y que todo lo que viene ahora es nuevo para mí, ya que nunca había corrido más de esa distancia ni entrenando. Sigo pillando a gente. Voy al mismo ritmo, pero empiezo a encontrarme bastante cansado. Me entra un poco de flato y molestia en una rodilla, aunque pienso (y creo que fue así) que realmente no me duele eso, que es mi cabeza la que quiere que me pare y me engaña con esas cosas, así que apretar dientes, y a dar cabezazos hacia delante. Km35 y tengo mucha sed. He bebido agua en todos los avituallamientos, pero tengo ganas de pararme a coger una garrafa de 5 litros y no parar de beber agua. Aun así sigo al mismo ritmo, y cogiendo cada vez a más gente. A partir del km 39 ya empiezo a hacer cuentas. Voy muy cansado, no tengo fuerzas, y pienso en que si voy a tal ritmo cuando haré, si aflojo mucho o no lo hago. los tres últimos km se me van solo 2-3 segundos por encima de 3:40. Llego a la recta de meta. Intento cambiar y esprintar un poco, pero al hacerlo noto que se va subiendo el femoral izquierdo. Aun así aprieto algo y entro en meta... 2h34'18... increible!



Tres meses de mi vida dedicado a esto, pensando en esto, y os digo que ha merecido la pena. Ahora como siempre hago, es hora de acordarse de todos lo que tienen un poco de culpa en esto, y el primero siempre sabéis también quien es. Bartolo, que este año me metió en el gusanillo de hacer la maratón, prueba que se que le apasiona, y que día a día, semana a semana, ha dado con la tecla en preparar el mejor entrenamiento hecho para mí. La verdad que poco se equivoca, tanto en ritmos, como en kms, y como en otras cosas que tampoco vienen ahora al cuento, pero no me cansaré de agradecerselo. Luego a mis compañeros de entrenamiento. Aunque este año la mayoría de las cosas me tocaba hacerlas solo, si que quedaba con compañeros que, aunque no hicieran lo mismo que yo, me ayudaban estando por ahí cerca haciendo su entreno mientras yo hago el mío. Raquel y Vito, que han rodado y hecho pesas muchos días conmigo. A Carlos Cepero y Pepe Gautier, que también han rodado y hemos hecho algunas cosas juntos (todavía me acuerdo esos 20km con cambios lloviendo a mares por el parque del oeste con Carlos...). A las personas que algún día que otro han compartido un rato de rodaje conmigo (David, Javi Velazquez, Juan Vazquez, Manolo el Negro, Vicente, Juanlu, Alex, Pepe, Jose...). Como dije la otra vez, a mis mecánicos particulares Juan Carlos Blanco y David Domínguez, que sacan un hueco debajo de las piedras para verme y escuchar las molestias que tengo... que muchas veces ni serán molestias pero yo las noto y ellos están ahí dando el callo. A mi familia por aguantarme lo que me aguanta... 

Se que os estoy aburriendo, pero es que aún no me lo creo que haya conseguido esto. A principios de año era un objetivo borroso, después de empezar a entrenar, vimos claro que había que intentar bajar de 2h40, y luego vimos que algo se podía mejorar, pero nunca esperé que tanto. Daros las gracias a todos los que de alguna u otra forma me habéis apoyado y se habéis alegrado por mí, que sois muchos (tanto en persona como vía facebook, twitter o whatsapp. Gracias de verdad. Sin vuestro reconocimiento no habría sido lo mismo. Espero poder hacer algún día una mejor marca, pero hoy por hoy estoy muy satisfecho por estos tres meses. Como leí hace tiempo, os dejo una frase de Steve Prefontaine, que me encanta:

"El mejor ritmo es el ritmo suicida. Y hoy es un buen día para morir..."

4 comentarios:

  1. Lo que se te subió en la recta de meta no fue el femoral... fue la fe y la moral
    Enhorabuena
    Zeb Mago

    ResponderEliminar
  2. ¡Enhorabuena Víctor! Una gran marca para un gran atleta. A por otro reto. Me ha encantado la frase de Steve Prefontaine. Te la copio. Y por cierto, que crónicas como la tuya hacen que uno, aunque sea malote, se plantee algún día, quizás, hacer también una maratón. Aunque por supuesto no en ese tiempo ni de broma. Enhorabuena otra vez.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Hola Víctor, enhorabuena por la marca. Me llamo Javier por favor ¿me puedes decir si en los avituallamientos te daban botellines de agua o vasos? Gracias por anticipado. Un saludo

    ResponderEliminar