Se nos retira la eterna sonrisa...

Ayer se anunció, después de su abandono en el Maratón de Nueva York en el km 25 por problemas en la rodilla, la noticia que nadie quería oír pero que todos sabíamos que no tardaría en llegar (aunque quizás esperábamos todos verlo en las próximas Olimpiadas en 2012). Haile, después de una vida repleta de éxitos tanto en el Atletismo como fuera de él, dice adiós a su carrera deportiva. Además de perdernos a este fenómeno de la naturaleza correr, de disfrutar con su forma de ganarse la vida, con su forma de afrontar las carreras, con su zancada amplia y su técnica exquisita, se nos va la sonrisa de cada campeonato, cada carrera, cada maratón... una sonrisa que para los amantes de este deporte es y será imposible de olvidar. Mucho se ha hablado de su inicio humilde, de ese niño que corría todos los días 10 km para poder ir a la escuela (distancia donde luego ha conseguido sus mayores éxitos), y todos hemos podido ver, como en ese reportaje que le hicieron en Informe Robinson, que era una persona que siempre tenía un momento para todos, echándose fotos con todos los populares que se lo pedían y jugando con la hija de su mánager hasta incluso antes de batir sus propias plusmarcas. A partir de hoy tendremos atletas quizás más buenos, quizás no, quizás más mediáticos, quizás no, quizás con mejores marcas y con más récords mundiales, quizás no, pero seguro que ninguno con esa sonrisa. Como dicen mis amigos del Club Zebulón, hay carreras en las que corren los que nunca corren. En el caso de Gebre, es el atleta que conocen hasta los que no conocen nada de atletismo, ni siquiera les gusta. Podía haber puesto una foto de cualquiera de sus innumerables e importantes triunfos, podía haber descrito sus marcas, sus títulos y sus récords mundiales, pero creo que la mejor forma de recordarlo es como se ve en la foto, sonriendo. ¡Gracias por hacernos disfrutar todos estos años y suerte con tu nueva vida!